El exdiputado colorado Oscar Tuma ha encendido la mecha de una controversia que amenaza con sacudir los cimientos del sector no lucrativo en Paraguay. En una declaración explosiva, Tuma cuestionó duramente a las Organizaciones Sin Fines de Lucro (OSFL) que se oponen al proyecto de «Ley de control de las ONG’s», especialmente aquellas que reciben fondos públicos o desempeñan funciones estatales.
En una entrevista con el Diario La Nación/Nación Media, Tuma expresó su perplejidad ante la resistencia de ciertas organizaciones, algunas de las cuales, según él, están realizando un intenso cabildeo en la Cámara de Diputados para rechazar la propuesta legislativa que ya cuenta con media sanción del Senado. «Me extraña mucho la actitud, porque son personas que siempre estuvieron a favor de los controles de la transparencia, ese siempre fue su discurso», afirmó Tuma.
El exlegislador argumenta que la transparencia y el control son imperativos cuando se trata de fondos públicos o funciones estatales. «Si una organización está recibiendo fondos de todos los paraguayos, es justo que se ejerzan los controles necesarios», sostiene, extendiendo este razonamiento a las ONG’s que reciben financiamiento extranjero pero cumplen roles estatales.
Tuma fue más allá, sugiriendo que las organizaciones que se oponen a estos controles deberían ser excluidas del presupuesto estatal o despojadas de sus funciones cuasi-gubernamentales. «Si una ONG se opone a los controles, y de mí dependiera, automáticamente deberían quedar fuera del presupuesto», declaró tajantemente.
Esta postura ha generado un intenso debate sobre el equilibrio entre la autonomía de las organizaciones civiles y la necesidad de rendición de cuentas. Mientras los defensores de la ley argumentan que fortalecerá la confianza pública y prevendrá el fraude, los críticos temen que pueda ser utilizada como herramienta de control político.
El proyecto de ley, ahora en la Cámara de Diputados, promete ser un punto de inflexión en la relación entre el Estado y la sociedad civil en Paraguay, con implicaciones que podrían redefinir el panorama de la acción social y política en el país.
