Donald Trump ha logrado una victoria histórica, convirtiéndose en el 47.º presidente de los Estados Unidos, tras superar los 270 votos electorales necesarios en los reñidos comicios nacionales. El candidato republicano venció a Kamala Harris, actual vicepresidenta y candidata demócrata, al obtener la mayoría de votos en los “swing states” o estados bisagra que determinaron la elección. En una celebración en el Centro de Convenciones de Palm Beach, Florida, Trump estuvo acompañado por familiares, asesores y líderes políticos.
La estrategia de Trump fue decisiva en estados clave como Georgia, Carolina del Norte, Pensilvania, Michigan y Wisconsin, donde ganó por márgenes estrechos. Estas victorias fueron suficientes para asegurar su retorno a la Casa Blanca. Este desenlace marca un cambio importante en el escenario político, ya que en 2020 estos estados favorecieron a Joe Biden. Sin embargo, tras un bajo desempeño en el debate presidencial del 28 de junio, Biden decidió no postularse para un segundo mandato, dejando la candidatura en manos de Harris.
El Partido Republicano también obtuvo victorias clave en el Senado, lo que le otorga un poder significativo en el Congreso. Con los triunfos de Bernie Moreno en Ohio, Jim Justice en Virginia Occidental y Deb Fischer en Nebraska, los republicanos aseguran la mayoría en la cámara alta. Este dominio en el Senado promete facilitar la implementación de las políticas de la futura administración de Trump y su equipo.
La jornada de “supermartes” fue favorable para los republicanos, quienes lograron consolidar una estrategia que redujo notablemente la performance demócrata respecto a las elecciones de 2020. Este nuevo mandato de Trump representa una vuelta a las políticas conservadoras, lo que genera expectativas tanto en sus seguidores como en sus detractores, quienes observan atentos los cambios que vienen para el país bajo esta renovada administración.