El miércoles 13 de noviembre, el expresidente Donald Trump hizo su regreso a la Casa Blanca para reunirse con su sucesor, Joe Biden, en lo que fue su primera visita al Salón Oval desde que dejó la presidencia hace casi cuatro años. Este tradicional encuentro entre el presidente en ejercicio y su predecesor tuvo lugar en un ambiente marcado por la cordialidad, a pesar de la rivalidad política que ha caracterizado a ambos desde las elecciones de 2020.
Trump agradeció a Biden por su promesa de una transición pacífica del poder, reconociendo que la política puede ser un mundo «muy duro». Durante el breve encuentro, Trump comentó que «la política es dura, y en muchos casos no es un mundo muy agradable», pero destacó que el día de hoy, con el gesto de Biden, era un mundo «agradable». La reunión también fue vista como una oportunidad para abordar la transición del poder y la continuidad del apoyo a Ucrania, un tema crucial en la agenda internacional.
Biden, por su parte, aprovechó la ocasión para insistir en la importancia de garantizar una transición suave y en la necesidad de mantener el respaldo a Ucrania en medio del conflicto con Rusia. La Casa Blanca señaló que el presidente Biden cree firmemente en las normas y en el respeto a las instituciones, lo que lo llevó a invitar a Trump al encuentro, a pesar de la controversia que persiste por las elecciones de 2020, en las que Trump no ha aceptado su derrota.
Este evento marca un hito en la política estadounidense, mostrando un esfuerzo por mantener la estabilidad institucional en un momento crucial para el país.
