Una de las secuelas a largo plazo que deja en algunos pacientes el coronavirus es la dificultad o falta de concentración, más conocida como «niebla mental». Esta semana, al cumplirse un año de los primeros casos de covid-19, la Organización Mundial de la Salud (OMS) incluyó este problema dentro del “misterio de la covid larga”, que también ocasiona otras afecciones neurocognitivas, cardíacas y respiratorias.
«Estamos viendo con preocupación que muchas personas al superar el cuadro agudo ven algunas secuelas en su salud», explicó este martes Jorge Geffner, investigador del Conicet y profesor de Inmunología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (UBA).
Entre algunos de los efectos a largo plazo que deja el covid-19 en pacientes dados de alta, mencionó «un cansancio excesivo y la denominada ‘niebla mental’, que es como una dificultad o falta de concentración».
Sin embargo, aseguró a la radio 990, «en la mayoría de los casos (este problema) se resuelve», aunque «puede ser después de tres, cuatro meses o incluso más» de haber contraído coronavirus. En ese sentido, recordó la importancia de «volver al médico de cabecera para llevar adelante una buena recuperación».
Además de los problemas de concentración, la «niebla mental» podría asociarse a la pérdida de memoria, mareos, dolor de cabeza, desorientación y confusiones frecuentes. Aunque aún no existe claridad sobre la causa de estas afecciones, algunas hipótesis médicas lo relacionan con la inflamación que causa el virus, que a su vez produce una encefalopatía que afecta al lóbulo central, el cual tiene que ver con las funciones cognitivas.
Otra hipótesis vincula estos síntomas con la gran inflamación celular que puede causar el virus y que termina alterando al sistema nervioso y, con ello, a las neuronas. Algunos investigadores vienen mencionando, además, que se cree que el SARS-CoV-2 provoca un daño endotelial (en los vasos sanguíneos) y cardiovascular que puede llegar hasta el cerebro.
FUENTE: Página 12