domingo, diciembre 22, 2024

Podemos evitar más feminicidios, hagámonos eco del sufrimiento ajeno

El 25 de noviembre se recordó, en el mundo, el día internacional de la lucha contra la violencia sobre la mujer.

Justamente ese día nuestro país registraba un nuevo feminicidio, ocurrido en Luque. Una mujer de 29 años habría sido estrangulada, y el primer sospechoso es su pareja y padre de sus hijos. Uno de sus hijos de 11 años fue testigo de la agresión sufrida sobre por su madre.

Entre los años 2017 y 2020 se reportaron 179 casos de feminicidio. Es de destacar que las denuncias de casos de violencia contra mujeres en 2020, especialmente en el mes de abril tuvieron un aumento considerable. La cuarentena hizo que las mujeres debieran convivir más continuamente con sus agresores generando una mayor cantidad de hechos violentos.

Las denuncias recibidas desde enero a octubre 2020 llegaron a 14.859, lo cual es un número muy alto, implica un aumento del 78% respecto al mismo período del año anterior.

Las mujeres frecuentemente no denuncian las agresiones porque tienen miedo a represalias de parte de sus agresores: novios, esposos, parejas, concubinos.

Se debe romper con este miedo, hacerse la denuncia correspondiente o llamar al 911 sea la misma persona agredida o alguien que sea testigo de la violencia contra una mujer. Las autoridades verán si la mujer debe separarse de su agresor o no.

El sistema de atención de denuncias del Ministerio de la Mujer funciona bastante bien, sobre todo hay respuesta que es lo que generalmente desanima a las mujeres, cuando la policía o quienes reciben la denuncia no actúen en consecuencia. Existen varios canales de denuncia el 137 línea gratuita, el 911, línea de WhatsApp 0981 112 127; las comisarías o las fiscalías. De cualquiera de estas denuncias se tomarán nota y autoridades actuarán sobre ellas.

Mucha gente no quiere denunciar porque dicen que las víctimas vuelven a convivir con sus agresores, pero debemos ser conscientes que es muy difícil que la mujer pueda superar esta situación sin ayuda externa.

Es una obligación generalizada meterse en este programa de ayuda a las mujeres agredidas si queremos terminar con este flagelo que involucra a familias enteras y produce mucha tristeza por la convivencia en el seno de esas familias las consecuencias que se derivan de ellas.

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