Las relaciones entre Paraguay y la DEA atraviesan una etapa de reestructuración. Según el ministro de la Senad, Jalil Rachid, las negociaciones con Estados Unidos ahora son de nivel gubernamental, lideradas exclusivamente por el presidente Santiago Peña. Rachid aclaró que su rol está limitado, ya que el diálogo se maneja directamente entre los gobiernos de Paraguay y el nuevo mandatario estadounidense, Donald Trump, quien asumirá el 20 de enero.
La cooperación con la DEA se tensó el pasado 6 de diciembre, cuando el Gobierno de Peña decidió suspender la relación de la Senad con la SIU, la unidad de inteligencia de la agencia antidrogas. Esto provocó una respuesta inmediata de la DEA, que retiró su apoyo y capacitaciones. Sin embargo, tras una reconsideración, Paraguay reafirmó su intención de mantener la cooperación, aunque bajo nuevas condiciones.
El presidente Peña reconoció que la relación con la DEA, durante su gestión y bajo el liderazgo de Rachid, ha sido insatisfactoria en términos de resultados. Consideran necesario renegociar el acuerdo para mejorar la efectividad en la lucha contra el narcotráfico. Peña también señaló que la mala relación con el embajador estadounidense, Marc Ostfield, fue un factor crucial en la tensión con la DEA, especialmente tras las sanciones impuestas a Tabesa.
Peña subrayó que no delegará la seguridad de Paraguay en ningún otro país y rechazó las acusaciones de querer facilitar el narcotráfico. Aseguró que está al tanto de todas las negociaciones y que su administración buscará un nuevo acuerdo con el gobierno de Trump, orientado a mejorar la cooperación en seguridad, aspectos económicos y financieros.