En un partido que quedará grabado en la memoria de los hinchas paraguayos, la Albirroja demostró una vez más su garra y corazón. A pesar de la adversidad de jugar en la altura de La Paz, ante un rival aguerrido y con un arbitraje que dejó mucho que desear, Paraguay rescató un valioso empate 2-2 ante Bolivia.
El primer tiempo fue un calvario para la visita. La altura hizo mella y Bolivia se puso en ventaja temprano en el partido. Sin embargo, los dirigidos por Gustavo Alfaro no se amilanaron y comenzaron a generar peligro en el arco rival.
En la segunda mitad, Paraguay mostró una mejor versión. Con un juego inteligente y una presión asfixiante, logró empatar el partido gracias a una gran jugada colectiva que culminó con un gol de Miguel Almirón. Pero la alegría duraría poco, ya que un penal dudoso cobrado por el árbitro uruguayo Andrés Matonte volvió a poner a Bolivia en ventaja.
Cuando todo parecía perdido, apareció la figura de Julio Enciso. En el último suspiro del partido, el joven delantero anotó un golazo de media distancia que desató la euforia en el banco de suplentes y en los pocos hinchas paraguayos presentes en el estadio.
Con este empate, Paraguay se consolida en la zona de clasificación al Mundial de 2026. La Albirroja demostró que es un equipo con mucha personalidad y que no se rinde nunca. Este punto obtenido en La Paz es un gran paso hacia el objetivo de volver a jugar una Copa del Mundo.
El próximo desafío será en casa, donde Paraguay buscará sumar de a tres para seguir escalando posiciones en la tabla. La ilusión de los hinchas está más viva que nunca.
