Óscar Orué, director de la Dirección Nacional de Ingresos Tributarios (DNIT), consolida su liderazgo como uno de los funcionarios mejor valorados del gobierno de Santiago Peña. En un momento clave de su carrera, Orué suma responsabilidades con la integración de la Comisión Nacional de Juegos de Azar (Conajzar) bajo la DNIT, tras la promulgación de una nueva ley que regula los juegos de suerte en Paraguay.
En solo 15 meses, la DNIT, bajo la dirección de Óscar Orué, ha recaudado 6.200 millones de dólares, superando en más de 948 millones la meta inicial de 400 millones. Este récord refleja otro éxito la formalización, que ha incorporado a 80.000 nuevos contribuyentes, clave en la lucha contra la evasión fiscal y el fortalecimiento de la administración tributaria en Paraguay.
El ascenso de Orué a una figura de popularidad política queda reflejado en la encuesta de Ati Snead, donde lidera la percepción de buena gestión con un 15,9% calificándola como «muy buena» y un 44,7% como «buena». Además, un 66,5% de los encuestados avaló el aumento de las recaudaciones tributarias, que en octubre de 2024 alcanzaron US$ 377 millones, un incremento del 21,3% en comparación con el mismo mes del año pasado. Este desempeño reafirma a Orué como el principal referente de la administración fiscal.
La nueva ley no solo amplía las competencias de la DNIT, sino que también revoluciona el panorama de los juegos de azar en el país. Se incluyen nuevas modalidades como casino online, Quiniseis y Lotto, que complementan la oferta de juegos ya existentes. Estas reformas también buscan romper el monopolio vigente en apuestas deportivas y quiniela, un esquema criticado por favorecer a una sola empresa durante la gestión anterior.
La reestructuración del sector ha despertado el interés empresarial, destacándose el movimiento de Norman Harrison con la adquisición de acciones de Solbet Paraguay. Sin embargo, las ambigüedades en la redacción de la ley podrían generar obstáculos en su implementación.
La integración de la Conajzar representa un desafío para Orué, quien ahora gestiona uno de los sectores más lucrativos y complejos del país. Este liderazgo reforzado confirma su posición como una de las figuras clave en el gobierno de Peña y un pilar de la transformación institucional.