La cumbre del Mercosur en Montevideo marca un punto decisivo para definir el rumbo comercial del bloque. Con distintas posturas, los líderes buscan establecer acuerdos con potencias clave: China, Estados Unidos y otros países asiáticos.
Brasil, liderado por Luiz Inácio Lula da Silva, prioriza una negociación conjunta con China, destacando la fortaleza del bloque frente a las potencias globales. Por su parte, Uruguay, con Yamandú Orsi como presidente electo, se alinea con esta visión de unidad regional tras años de políticas bilaterales del presidente saliente, Luis Lacalle Pou.
Mientras tanto, Argentina, bajo la administración de Javier Milei, mira hacia Estados Unidos. Milei propone un Tratado de Libre Comercio que fortalezca la relación política y económica con el gobierno de Donald Trump, buscando diversificar mercados y alinearse con los valores del «mundo libre».
Paraguay, con Santiago Peña al frente, adopta una postura cautelosa. Respetando su histórica relación con Taiwán, el país propone ampliar las negociaciones hacia Japón, Corea del Sur y otros países asiáticos, buscando mantener su equilibrio diplomático sin quedar fuera de los acuerdos multilaterales.
La diversidad de enfoques genera tensiones, pero también oportunidades. La participación de Orsi podría ser clave para reforzar la cohesión regional, mientras que la interacción entre Milei, Lula y Peña definirá si el Mercosur avanza unido o si las divergencias internas debilitan su posición global.
Esta cumbre será crucial para determinar si el bloque logra un consenso estratégico o si persisten las diferencias en su visión comercial.