El año 2025 se perfila como un periodo clave para China, enfrentando diversos retos internos y globales que podrían alterar su estabilidad económica y geopolítica. A continuación, se detallan los cinco mayores desafíos para Pekín:
- Renovada rivalidad con EE. UU.: Con la posible vuelta de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, se espera un endurecimiento de la política estadounidense hacia China, incluyendo más aranceles y restricciones tecnológicas, lo que podría desencadenar una nueva guerra comercial.
- Guerras tecnológicas globales: China luchará por mantener su liderazgo en sectores clave de tecnología, especialmente en semiconductores, mientras enfrenta las restricciones impuestas por Estados Unidos. Además, Pekín buscará establecer estándares globales, un terreno competitivo con Occidente.
- Aranceles de la Unión Europea: La relación comercial de China con la UE sigue siendo tensa, con aranceles en sectores como los vehículos eléctricos. Una guerra comercial con Europa podría complicar aún más la situación de Pekín.
- Alianza con Rusia: Aunque Rusia es un socio estratégico para China, el apoyo a Moscú en la guerra de Ucrania ha dañado sus relaciones con Europa y podría volver a ser un factor desestabilizador si el conflicto persiste.
- Conflictos en Medio Oriente: La inestabilidad en la región, especialmente los enfrentamientos en Siria e Irán, podría afectar los suministros de petróleo y crear tensiones adicionales para China, que depende de estos recursos.