La Fiscalía confirmó que no se encontraron rastros de parafina en las manos de Lalo Gomes, el diputado fallecido en un confuso operativo policial el pasado 19 de agosto en su residencia en Pedro Juan Caballero. Según el abogado Hugo Garay, representante de la familia, esta evidencia desmiente la versión policial de que Gomes disparó, lo cual justificaría la respuesta armada de los agentes durante el allanamiento nocturno.
El análisis balístico oficial incluyó varias muestras, en las cuales únicamente en la herida del lado izquierdo del tórax se detectaron residuos de plomo y bario, relacionados con la bala que impactó en Gomes, sin rastros de nitrato que probaran disparos de su parte. Además, la pericia planimétrica indicó que los proyectiles hallados en la escena fueron disparados desde el exterior hacia el interior de la vivienda, reforzando la postura de la familia sobre la falta de agresión armada de Gomes.
Para Garay y el equipo legal que incluye al abogado Óscar Tuma, estos resultados sostienen la petición de imputar a los agentes policiales por homicidio doloso. Tuma añadió que el proceso investigativo es «excesivamente lento», lo cual, según él, genera dudas sobre la voluntad de esclarecer los hechos.
La pericia del Ministerio Público concuerda con la realizada de manera privada por la familia de Gomes, presentada semanas atrás. La actuación de la Policía y la Fiscalía ha sido criticada, ya que el operativo se efectuó de madrugada y el diputado tenía fueros parlamentarios vigentes. Además, horas antes del allanamiento, tanto Gomes como su hijo Alexandre fueron vinculados al narcotráfico. Alexandre, quien se entregó a la Policía tras el deceso de su padre, sigue detenido.
