El galio es un metal estratégico clave tanto para EEUU como para China debido a sus aplicaciones en tecnología avanzada y sistemas militares. Sus propiedades fisicoquímicas lo hacen ideal para crear semiconductores de banda ancha, que son esenciales en dispositivos como radares de última generación y otros sistemas tecnológicos avanzados. Desde la década de los 70, el galio ha jugado un papel crucial en el desarrollo de semiconductores, siendo utilizado en sistemas como el GPS, armas de precisión y radares modernos. Actualmente, los radares más avanzados que pueden identificar objetos pequeños y rápidos a gran distancia dependen de chips fabricados con galio.
China, bajo el liderazgo de Xi Jinping, ha comenzado a controlar la exportación de galio, respondiendo a las sanciones que EEUU y sus aliados le han impuesto en la industria de semiconductores. Con más del 80% de la producción global de galio bajo su control, China tiene una posición dominante en el suministro de este metal crucial, lo que genera preocupación en Occidente. La restricción del acceso a este recurso podría afectar la producción de dispositivos electrónicos y equipos militares en EEUU y otros países.
En respuesta, EEUU ha iniciado medidas para reducir su dependencia de China. Bajo la administración de Joe Biden, el país está invirtiendo en la extracción y refinamiento de galio dentro de sus fronteras y trabajando con aliados para aumentar la producción global. También está impulsando tecnologías de reciclaje de galio y creando una reserva estratégica para garantizar el suministro destinado a la industria de defensa.
Este conflicto por el control del galio refleja la importancia creciente de los metales estratégicos en la competencia global por el liderazgo tecnológico y militar, donde el acceso a estos recursos juega un papel fundamental en la balanza de poder.
Fuente Tecnología Xataka
