En un escenario macabro, la ciudad fronteriza de Ponta Porã, Brasil, ha sido testigo de dos hallazgos de cuerpos envueltos en bolsas de plástico en apenas dos días. Las víctimas, asesinadas a tiros en la cabeza, reflejan la creciente violencia en esta región que conecta a Brasil y Paraguay.
El pasado 2 de enero, las autoridades descubrieron un primer cuerpo en similares condiciones. La víctima, de difícil identificación debido a su avanzado estado de descomposición, fue enterrada en Ponta Porã bajo el nombre de «Rodoanel». La situación encendió las alarmas sobre la inseguridad en esta zona fronteriza.
Sin embargo, la tensión aumentó el sábado 6 de enero, cuando otro cadáver fue hallado, esta vez el de un hombre de entre 30 y 35 años. Al igual que en el caso anterior, la víctima presentaba disparos en la cabeza, un patrón claro de ejecución. Aunque aún no ha sido completamente identificada, las autoridades brasileñas no descartan que pudiera tratarse de un ciudadano paraguayo, ya que la zona fronteriza es conocida por su alta movilidad de personas y vehículos entre ambos países.
La Policía Civil de Brasil ha abierto una investigación para esclarecer los hechos, mientras que el cuerpo del nuevo hallazgo fue trasladado al Instituto Médico Legal en la ciudad. El temor ante la violencia en la frontera se ve reflejado en estos crímenes, que parecen ser una muestra del aumento de la actividad criminal en la región.
La cooperación entre las fuerzas de seguridad de ambos países será clave para frenar la escalada de violencia que afecta a la zona y asegurar que los responsables de estos crímenes sean llevados ante la justicia.