El primer trasplante cardiaco del 2022 y el quinto desde el inicio de la pandemia por covid-19, se realizó con éxito este martes en el Hospital Pediátrico «Niños de Acosta Ñu».
Un niño de nueve años, con diagnóstico de miocardiopatía restrictiva en fase dilatada, recibió un nuevo corazón y se encuentra en proceso de recuperación en la sala de Cuidados Intensivos del departamento de Cardiología. Los datos del paciente son omitidos en cumplimiento del artículo 29 del Código de la Niñez y Adolescencia. Ley N° 1680/01.
“Acaba de culminar la cirugía. El corazón trasplantado ya está latiendo con fuerza”, es el mensaje que compartió cerca de las 18:00 horas del martes el doctor Marcos Melgarejo, jefe de cirugía cardiaca del hospital general pediátrico “Niños de Acosta Ñu”.
El niño de 9 años de edad se encontraba en lista de espera de trasplante del Instituto Nacional de Ablación y Trasplante INAT desde agosto de 2021 y, luego de recibir la noticia de que existía un donante compatible, llegó junto a su familia al hospital donde el equipo de profesionales de la salud ya lo estaba esperando. Paralelamente otro grupo de profesionales tomó vuelo hasta la ciudad de San Juan Bautista, departamento de Misiones, para realizar la ablación de los órganos del donante.
De la cirugía, que duró tres horas treinta minutos, participaron directamente cardiocirujanos, anestesiólogos, perfusionistas, enfermeros; también cardiólogos, pediatras y terapistas.
El Ministerio de Salud expresó un especial reconocimiento y agradecimiento a los familiares de la persona donante, «cuyo gesto solidario y altruista permite hoy una nueva oportunidad de vida para este pequeño, así como para otros pacientes en lista de espera para trasplantes».
El ministro de Salud, Julio Borba, se encargó personalmente de las gestiones de trasporte aéreo para que el corazón llegue dentro del tiempo establecido por protocolo; las FF.AA. del grupo aerotáctico ofreció una avioneta y un helicóptero para este fin. Militares del Cuartel de la Victoria, ubicado en la proximidad del “Acosta Ñu”, ofrecieron la pista de aterrizaje.
Se vieron involucrados para lograr la meta, además, el SEME y el Instituto de Previsión Social, con el servicio de ambulancia y traslado de muestras para estudios necesarios; el equipo de Laboratorio Central de Salud Pública, con estudios de compatibilidad y los PCR para covid, tanto del donante como los diferentes receptores; los directivos y trabajadores de los hospitales de San Juan Bautista, IPS Central, “Niños de Acosta Ñu” y Clínicas.
El INAT se encargó de la logística y de la provisión de la medicación anti rechazo, como la Timoglobulina, droga altamente efectiva en este tipo de trasplante.