miércoles, febrero 5, 2025

El trágico ocaso de Al Capone

El 25 de enero de 1947 marcó el final del infame “Rey del Hampa”, Al Capone. A los 48 años, devastado por una sífilis no tratada que lo sumió en la demencia, murió en la bañera de su mansión en Florida, hallado por su esposa Mae. Lejos de su imponente figura de antaño, el otrora temido gánster apenas era un hombre debilitado, incapaz de caminar o hablar con claridad.

Famoso por su brutalidad y poder durante la era de la Prohibición, Capone fue finalmente encarcelado no por sus crímenes de sangre, sino por evasión fiscal. En 1931, tras un juicio plagado de intentos de sobornos y arreglos fallidos, fue sentenciado a 11 años de prisión. Pasó sus días en la temible Alcatraz, donde la enfermedad comenzó a consumirlo.

Liberado tras cumplir seis años y medio, regresó a su mansión en Florida como una sombra de lo que fue. Sus últimos años los pasó recluido, escribiendo cartas a su hijo y sumido en un estado de confusión mental.

Su epitafio, “Jesús mío, ten compasión”, contrasta con sus propias palabras: “Podés llegar lejos con una sonrisa, pero más lejos con una sonrisa y un revólver”. Así terminó la vida del gánster más temido de Estados Unidos.

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