Con la llegada del nuevo año, se reaviva el debate sobre los efectos del alcohol en la salud, especialmente con las recientes declaraciones del Dr. Vivek Murthy, director de Salud Pública de EE.UU. En un reciente comunicado, Murthy sugirió la actualización de las etiquetas de advertencia en las bebidas alcohólicas para incluir el riesgo de cáncer, una medida que aún requiere la aprobación del Congreso.
Aunque durante años se pensó que el consumo moderado de alcohol podía tener beneficios cardiovasculares, investigaciones más recientes han demostrado lo contrario. Según el Dr. Timothy Naimi, director del Instituto Canadiense de Investigación sobre el Uso de Sustancias, «beber menos es una excelente manera de ser más saludable». El consumo de alcohol, incluso en moderación, aumenta el riesgo de cáncer de colon, hígado, mama, boca y garganta, debido a una sustancia llamada acetaldehído, que daña las células y facilita el crecimiento cancerígeno.
En los Estados Unidos, alrededor de 100.000 casos de cáncer al año están relacionados con el alcohol, y cerca de 20.000 muertes ocurren por esta causa. Las pautas actuales recomiendan a los hombres no consumir más de dos bebidas al día y a las mujeres, una.
A nivel global, muchos países, como Reino Unido y Francia, han revisado sus recomendaciones, sugiriendo una ingesta de alcohol aún menor. La tendencia es clara: el consenso científico ha cambiado, y cada vez más expertos coinciden en que «menos es mejor».
