Analizamos las ventajas e inconvenientes (porque no todo es de color rosa) que presenta el coche eléctrico respecto al coche con motor que ha dominado las carreteras del mundo durante las últimas décadas.
Si estás pensando en comprarte un coche hoy, quizá estés dudando entre adquirir un coche de motor tradicional o apostar por un vehículo con batería eléctrica. Para ayudarte en esa decisión, te explicamos a continuación las ventajas e inconvenientes (porque no todo es de color rosa) que presenta el coche eléctrico respecto al coche con motor que ha dominado las carreteras del mundo durante las últimas décadas.
Ventajas del uso del coche eléctrico
Podría decirse que tener un coche eléctrico supone una apuesta por el medioambiente, pero también aporta otros extras como un menor gasto de mantenimiento. Al tener una mecánica más sencilla y menos piezas que cambiar y reparar (filtros, embrague, correa de distribución, etcétera) el mantenimiento de un coche eléctrico es mucho más barato y se limita apenas a la revisión anual. Diversos cálculos han estimado en alrededor de un 20%-25% el ahorro en mantenimiento durante la vida útil del vehículo.
Otro punto de ahorro se encuentra en la eficiencia de los coches eléctricos. El coste en electricidad por cada 100 kilómetros recorridos se sitúa por debajo del euro. En gasolina o diésel esa cifra se dispara hasta los 8 o 9 euros por cada 100 kilómetros de marcha.
El hecho de que el coche eléctrico sea la apuesta del futuro para los gobernantes de casi todos los países del mundo es también un aliciente para su compra, ya que suelen estar vigentes numerosas ayudas y bonificaciones para la misma. Además, los beneficios no se acaban ahí, ya que existen bonificaciones en peajes, los impuestos son más bajos, los seguros acostumbran a beneficiarlos en sus polizas e incluso en zonas de acceso restringido a los vehículos como Madrid Central, el aparcamiento es gratuito para los coches eléctricos.
Si algo caracteriza a los coches eléctricos es la ausencia de ruido, algo que, además de reducir la contaminación acústica de las ciudades, también mejora la habitabilidad del vehículo, ya que no es necesario gritar para oírse o poner la música más alta para escucharla.
Desventajas de los coches eléctricos
Pese a todas las ayudas, subvenciones y bonificaciones, adquirir un coche eléctrico es todavía hoy bastante más caro comparativamente que comprar un coche diésel, gasolina e incluso híbrido. Su precio, de hecho, sigue siendo la mayor barrera de acceso a estos vehículos en la mayoría de países.
El Tesla Model S es el coche eléctrico que más autonomía ofrece hasta la fecha (610 km), pero estamos hablando de un coche de gama muy alta e inaccesible para la mayoría de los mortales. Si hablamos de marcas más populares, las cifras de autonomía más largas descienden hasta los 455 km del Kia e-Niro o los 449 del Hyundai Kona; la mitad o menos de la autonomía que tienen muchos coches a motor.
Éste, junto al anterior, suelen ser los principales hándicaps para los interesados en comprar un automóvil eléctrico. Aunque van aumentando, los puntos de recarga para el coche eléctrico siguen siendo a todas luces insuficientes. Según datos de la web Electromaps, en septiembre de 2020 solo hay en España 6.302 puntos de recarga y 16.604 conectores. Además, la carga total de la batería puede demorarse entre 5 o 6 horas. Y, aunque hoy ya existen puntos de carga rápido, con capacidad para cargar cuatro quintas partes de la batería en menos de una hora, los fabricantes aconsejan no utilizarlos en demasía porque pueden acabar perjudicando a la batería. Todo esto casi obliga en muchos casos a disponer de garaje y a tener un punto de carga en el mismo (algo que no siempre es posible).
La batería, precisamente, es otro de los talones de Aquiles de los coches eléctricos. Como sucede con las baterías de los móviles, con su uso estas van perdiendo capacidad y, por tanto, reduciendo aún más la autonomía de los coches. A esto hay que añadir que la vida útil de las mismas oscila entre los 7 y 10 años y que su cambio supone un desembolso importante que suele estar por encima de los 1.200 dólares americanos.
Hoy, con un coche diésel o gasolina, uno puede viajar del este al oeste de España en un día, sin planificar mucho más allá de las paradas para comer y para repostar combustible. El hecho de que los coches eléctricos tengan aún poca autonomía y que la carga de su batería se demore durante horas obliga a planificar el viaje con mucha antelación, tanto para buscar puntos de recarga durante el recorrido como incluso para hacer noche mientras la batería se carga.