En un año electoral marcado por la dispersión y el desgaste del oficialismo, la figura de Michelle Bachelet resurge como una posible tabla de salvación para la izquierda chilena. Aunque la ex presidenta ha descartado públicamente su regreso, su imagen, con un 52% de aprobación, supera ampliamente a la de otros líderes, incluido el presidente Gabriel Boric, que enfrenta un 52% de desaprobación según Atlas Intel.
La carrera presidencial está liderada por Evelyn Matthei, de centroderecha, con un 20,3% de intención de voto, seguida por figuras como Carolina Tohá y Johannes Kaiser, ambos con 15,3%. Mientras tanto, el progresismo busca unidad en medio de una caída en la valoración positiva del gobierno, reflejada en el descenso del apoyo a sus principales representantes.
Bachelet, pese a considerar que su ciclo político está terminado, podría aceptar una candidatura si eso evita el regreso de la derecha al poder. «Hará todo para que ganemos», aseguran fuentes del progresismo. Su retorno sería clave ante la falta de consenso en la izquierda y una agenda oficialista centrada en la reforma de pensiones, cuya aprobación aún es incierta.
En este contexto, el desafío de la centroizquierda será recuperar terreno en medio de un escenario electoral fragmentado y un gobierno con aprobación estancada. La figura de Bachelet se presenta como un recurso potencial para evitar la derrota en un año que definirá el rumbo político de Chile.
